Another World

jueves, 23 de febrero de 2012

Capítulo 74

Un dolor increíblemente impresionante se avecinaba en mi cabeza. Diferentes paranoias y versiones de aquella noche rondaban sobre mi cabeza. Un malestar general resolvía mi problema, el de porque coño me sentía así. Deslicé mi brazo izquierdo hacía arriba para observar la hora que era en mi reloj de muñeca, y me resultaba bastante pesado. Al girarme al otro lado, aparte de que colisioné con Harry tenía muchos mareos, y sobretodo abundaba de sed, pero no quería agua, quería no sé, algo más fuerte. ¿Estaba embarazada? no, coño. ¿Cómo voy a estar embarazada? bueno, por poder puedo, han pasado varias cosas... muchísimas cosas ¿perdí tanto el control? ¿Tanto me deje llevar? pero, ¿tan pronto notaría los mareos? ay dios. No soy gilipollas, se nota mi falta de neuronas, y si eso, no quiero ser una mamá quinceañera, me niego. Vale, definitivamente la resaca estaba adueñada de mi cuerpo, y estaba dando sus consecuencias.
Cerré y volví a abrir mis ojos sucesivas veces mientras una delatadora e insoportable luz entraba por la ventana principal de mi habitación. Pegué un pequeño bostezo y volví a mirar la hora. Las seis y media de la mañana. Tenía mucho sueño. De esas cuatro horas que habían pasado desde que "me acoste" unas dos estuve entretenida y una media hora intentando conciliar el sueño sobre su regazo, pero me era superior solo la tentación de su aroma. Tenía dos tentaciones; él y su aroma y el chocolate. La segunda la teníamos en común.
Tenía frío y todavía me acurruqué más. Varias sensaciones melodeaban por mi cabeza y sonreía. Sometí una de mis manos sobre sus intensos rizos mientras la otra se sostenía sobre su cuerpo. Su belleza exterior me abrumaba, aunque la interior también era de lo más perfecta. Bueno, perfecta yo creo que se le quedaba bastante, demasiado corto. Acariciaba su mejilla y rocé mis labios con los suyos, dejando volver la tentación a mi ser, pero no dándole riendas a todo, no me encontraba demasiado bien y quería estar más ¿relajada? creo que me era suficiente con verle en sus brazos y darle sentido a todo.
Recuerdos de la otra noche volvían a mí, solté una fuerte carcajada y pensé que no podía ser posible eso de "estar embarazada" al no ser que en alguna parte pasará algo raro y adiós a todo. En fin, que es una estúpided que piense en esto, yo solo quiero ser feliz con Harry, dentro de unos años tal vez me lo replanteé porque para mí esto es algo serio, y sé que para él también.
Suspiré precipitadamente y me dije "Deja de pensar en tonterías, mañana será otro día" y deje sumir mis pensamientos en otro mundo mientras la cosa más bonita de este mundo me estaba acompañando.

- Narra Ainara -


Estaba muy cansada. Dejé caer los tacones sobre el gélido suelo y me precipité sobre la cama. Ya era de día, mierda. Ni yo,ni mi maquillaje y ni siquiera mi forma de ser estaban dónde debían. No sé para que iba a echarme a la cama siendo que en nada tendría que levantarme, pero siendo que todos se levantaran tarde, no creo que noten mi ausencia, bueno la nuestra.
Cuándo se suponía que la fiesta ya no tenía sentido, que todo el mundo estaba alocado y que nosotros éramos los únicos con sentido común, abandonamos el lugar y nos fuimos a pasear. La noche estrellada se posaba sobre nosotros mientras las calles estaban solitarias y se podía apreciar la tranquilidad. Una leve brisa rozó delicadamente mi cara y volví a recordar que era invierno, tenía el sentido un poco desviado, y también decía algunas tonterías, pero a Liam le encantaba, y eso, a mi también.
Susurraba cosas en mi oído y yo le besaba el cuello. Mi respiración se agitaba y la velocidad de mis latidos aumentaba. Los minutos pasaban, los besos los inundaban y con ellos extrañas sensaciones. Creo, que pocas veces me he enamorado de verdad, pero si sé que me han hecho mucho daño, y me han llegado a destrozar. Con él todo era diferente. Solamente su compañía me hacía sentirme diferente, llegarme a querer tal y como soy. Tal vez pueda parecer una chica rebelde, intolerante, irresponsable y con poco sentido común, pero en el fondo, soy una persona frágil a la que le es necesario que la quieran y muestren su apoyo. Tenía miedo a equivocarme, a ir demasiado rápido, a estropearlo todo, a enamorarme de algo equivocado, porque en mi corta vida es lo que más he hecho y no aprendo de ello. Unas buenas vibraciones me saben demostrar que esto no es así, que porfín algo ira bien y que seremos felices y comeremos perdices, tal vez. Por eso, y cada una de las cosas, disfruto cada segundo que nuestros labios se juntan y nuestras lenguas juegan precipitadamente, y me hace sentir tan bien.
Parecía cómo si no hubiera noche, y mientras mis pies no podían transmitir más dolor, volvimos a casa y ahora aquí estamos. Estuvimos mucho tiempo fuera, haciendo de las nuestras y transmitiendonos todo lo que sentimos.
Ahora nos tocaba volver a disfrutar, porque todos ya lo habían hecho. Más les vale que no entren a molestar, y si no, que les fuckeen a todos.
Se sentó a mi lado mientras yo le desabrochaba la camisa, besaba mis labios y un maldito ruido nos interrumpia. Una llamada telefónica, que fue a otro lugar cuándo tiré mi móvil a tomar viento. Esta es la hora, es el momento y nada ni nadie lo va a estropear, para mí todo esto es demasiado especial. Quiero que volvamos a experimentar esa sensación, que nuestro corazón se mueva al mismo compás.

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