Another World

martes, 28 de febrero de 2012

Capítulo 75

Y todo iba muy rápido. Tal vez demasiado. No lo sé. No quería saberlo. ¿Y si lo hacía mal? ¿Y si no era suficiente? ¿Y si la cagaba por cualquier estúpided? ¿Y si no era esto reconfortante? varias dudas rondaban por mi dichosa cabeza, pero les hice un lado y decidí que ya basta. Deje las paranoias y me centré disfrutar. Cada uno de sus besos, cada roce de sus labios rodeaba cada parte de mi cuerpo y atraía a mí el placer. Extrañas sensaciones iban y venían pero no eran disgustantes. Acerqué mis labios a los suyos y los bese una y otra vez, sin control y sin ataduras. Ya había vuelto a tener al control de mi parte. Aunque en sí la temperatura de la sensación térmica fuera en realidad de unos dos grados bajo cero, podía sentir que lo único que sentía era calor, un calor que aumentaba con cada una de sus miradas, sus besos y sus formas de jugar con mi lengua de manera cómicamente sensual. Nuestros cuerpos estaban entrelazados uno con el otro.

- Narra Liam -


Todo acabó ocurriendo en una milésima de segundo. No imagine que llegaríamos hasta tal punto, pero eso no significaba que no quisiera seguir adelante con ello. Estaba más para aquí que para allá, los efectos del alcohol se veían reflejados en mí y empezaban lentamente a surgir su efecto. La solté sobre la cama, me tiró a su lado y de un modo o otro acabó soltándome el cinturón y desde ahí a dejarme desnudo mientras hacía lo mismo con ella. Dos, tres, seis segundos fueron los que nos hicieron falta para vernos en esa situación, tapados bajo un cálido edredón por la causa del frío, aunque sería momentánea. Me puse la protección, quería que fuera algo inolvidable, loco y joder, con ella, pero no por ello quería traer algo en camino, además, me bastaba con verla feliz, besarle lentamente y hacerla mía.
Parecía que no hubiese noche, que esta fuese nuestra última vez juntos, pero podía gozar de saber que eso era totalmente erróneo.
Sujetaba mi cuello mientras nuestras lenguas jugaban y cada vez subía y subía más la temperatura considerablemente. El frío anterior no era apreciable y lo único que podía sentir era salir fuego de mi cuerpo cada vez que mi mano tenía contacto con su cuerpo, cuándo nuestros labios se unían y cuándo ya no había más mundo que nosotros dos. Nuestros cuerpos estaban unidos.
Nunca, nunca en la vida me había sentido mejor con una persona. Era, era ella mi alma gemela, y de lo único que estaba arrepentido, era de no haberla conocido antes, pero, al menos me reconfortaba, que podía saber perfectamente que cada uno de sus besos tenía el mismo significado, y que la amo muchísimo.
Ya, tras varias horas, lo único que podía verse eran nuestros rostros, el amanecer en nuestra ventana y cómo no podíamos evitar cerrar sin quererlo nuestros párpados y echar una larga cabezadita. Se acomodó sobre mi pecho, y sin falta de contar ovejitas, se durmió, besé su cabeza y seguí ejemplo. Pasé mi mano por última vez por las ondas de sus rizos oscuros y la abracé. Espero que al despertar, nada de esto lo haya olvidado, porque merece estar en mi álbum de recuerdos, y este, todos con ella, eran los más importantes por excelencia.

- Narra Sonia -


Volví a despertarme tras muchísimo tiempo, o al menos a si fue lo que me pareció. Pegue un suspiro, bostecé y dejé las sábanas y el edredón a un lado. Giré hacía el otro lado y estaba sola en la habitación. Después de dar por hecho que solo estaba yo entre esas cuatro paredes, me pusé una bata que después dejé hacer un poco a un lado y me coloqué frente a un amplio espejo.
"Sonia, no vas a ser tan tonta de hacer eso" y cómo buena idiota que soy, lo hice. Coloqué una de mis manos sobre mi vientre y empecé a realizar formas circulares sobre él.
Ahora es cuándo decía, "Hola bebecito Styles, ¿que tal se está ahí abajo?" ¿No? enserio, me estaba empezando a preocupar a mi misma, y seriamente. La expresión de mi cara cambio precipitadamente y me fui a lavar la cara, ponerme algo cómodo y averiguar dónde esta mi novio al que tanto estaba echando de menos. Además quería preguntarle si ayer algo se fue demasiado de las manos. Mierda, siempre voy al mismo puto tema. ¡Que no estoy embarazada! que lo sé, o no, ¡no lo sé! - coloqué mis manos sobre la cabeza y le soplé a mi flequillo a modo de suspiro.
Termine de vestirme, quité los restos del maquillaje anterior y apliqué un poco de otro de nuevo.
Iba a salir del cuarto de baño, tenía el pelo un poco mojado, yo creo que del mismo estrés que me estaba produciendo, y también de la ayuda de un poco de agua que me acaba de añadir.
Unas suaves manos taparon mis ojos, la sangre se subió a mis mejillas y sonreí.
- Siento haber tardado tanto... - volteé a su lado y le callé con un beso. Iba a pasar las navidades a su lado. Aun quedaba mucho por delante, quedaba una larga vida a su lado.

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