Another World

miércoles, 29 de febrero de 2012

Capítulo 76

- Siento haber tardado tanto..- volvió a repetir acariciando mi mejilla.
- Ya te he oido, no pasa nada - sonreí. - ¿Ya están todos despiertos? - realicé la pregunta y ví como dejaba sobre la mesa lo que debía de ser el desayuno en mi amplia habitación. Cogió un jarrón y depositó en el unas preciosas doce rosas rojas de las cuales una de ellas me la cedió, y no podía evitar sonreír cómo una estúpida, bueno, para que engañarnos, ¿había algo que fingir? cada día, cada vez me mataba más.
- Una flor, para otra flor - dijo cogiéndome de la mano.
- Ohhhhhh, muchas gracias Harry, enserio,  no deberías de haberte molestado..- le abracé, me llevó hasta sus labios y los unió con los míos.
- ¿Te vienes a desayunar conmigo o qué? - arqueó una de sus cejas.
- Ahora mismo, sí me cede el honor. - de tal señorial que estaba pareciendo no puede evitar soltar una carcajada.
Cogí un vaso de zumo de naranja, dos tostadas con mermelada y unas pocas galletas, tenía más que suficiente.
- Todavía siguen durmiendo, o por lo menos cuándo yo salí estaban en sus habitaciones. - dijo respondiendo a la pregunta que le había realizado antes.
- Lo más seguro. - dejé ahí la frase pero cómo bien dicen, una mirada vale más que mil palabras, y la mía debía de ser un verdadero poema en ese preciso momento.
- Nosotros tampoco nos hemos quedado atrás... - soltó de repente.
- Pero.. ¡serás pervertido!
- Habló.
- Ahám, pues vale, sí, ahora te quedas castigado sin besos. - pusé cara de enfadada, aunque por dentro no podía, pero quería seguir con este juego para ver lo que pasaba después.
- No, no, ¡no Sonia porfavor! no puedes,  hacerme esto. - decía haciendo pucheros, y yo ya no me podía resistir más.
- Sí que puedo. No. - dije perdiendo todo el control que llevaba sobre mi misma.-  No puedo hacerlo, joder que me pones demasiado. Le agarré de la cintura, cogí el cuello de su camisa, lo atraje lo suficiente hacía a mí, lo besé y se me fue el rollo.
- Vamos a volver a parar al mismo sitio, y acabamos de desayunar. - dije mirando las aguas verdecinas de sus ojos.
- No importa. - seguía.
- Harry, enserio tenemos... tengo que preguntarte una cosa. - me senté sobre la cama. ¿Iba a contárselo? pero.. ¿contarle el que? ¿que tengo alusiones con que estoy embarazada? no, no sería capaz. Lo malo es que siempre que me subestimo acabo haciendo todo lo que digo.
- Dime.. - parecía preocupado. - ¿He hecho algo mal? ¿Qué ha pasado? - veía como se iba derrumbando.
- No, no es eso cariño. - sonreí, un poco forzadamente.
- ¿Qué es entonces? dimelo, sabes que puedes contar para lo que sea conmigo. - acarició mi mejilla, pero yo seguía en mi mundo, en mi puto mundo.
- ¿Ayer pasó algo raro?
- Em.. ¿cómo que sí paso algo raro? - preguntó extrañado.
- Que si fue... si fue todo bien. - joder, no me salían las palabras, y tampoco sabía como dar en el clavo.
- Sí, Sonia nos lo pasamos muy bien, ya lo sabes... ¿pero a que te refieres?
- A, a si se fue algo de las manos, si sucedió algo que no debiese suceder..
- ¡Dios! - gritó.
- Harry, no, no estoy segura. Pero, pero no lo sé, llevo todo el día pensando en ello, me noto tan extraña...
- Nunca me apartaré de tu lado, tenga lo que tenga que pasar. - me abrazó fuertemente, y en ese momento, aprecié que lo nuestro superaba a la ficción, pero me gustaba, me gustaba estar enamorada de algo que había sido prácticamente toda mi vida imposible, y que ahora, sea totalmente mío. No todas tenemos esa suerte.

Varios años después:


- Ringggggggggg, ringggggggggg, ringgggggggggg-  me despertó un insoportable sonido de teléfono fijo. Tenía muy pocas ganas de cogerlo, últimamente no contestaba mucho a las llamadas y iba un poco de bajón.
Era un cálido domingo veinticuatro de mayo. El maldito teléfono seguía insistiendo en que fuera a recogerlo y con ello a responder a aquella llamada, pero por mucho que quisiera, pase.
Me levanté y me asomé por la ventana. Era lo primero que hacía cada día nada más levantarme, de echo, llevaba haciendo esto más o menos unos cuatro años. Sí, buf, cómo pasa el tiempo. Desde los cuatro años que llevamos juntos Harry y yo, y que nuestra unión, respecto a las circustancias se va haciendo más fuerte.
Estaba apunto de cumplir mis dieciocho años. Ya me quedaba muy poquito para hacerme mayor de edad, exactamente, nada más y nada menos que cinco intensos días, a los que no quería ni sentir.
Me senté en la mesa de escritorio después de lavarme la cara y saqué mis apuntes. ¿Apuntes? ami también me dan asco. Estoy acabando ya el curso, y esta semana es la peor de todas, la peor de todo el curso, y encima esta incluida en la fecha de mi cumpleaños, y lo que más me dolía, es que iba a pasarlo más sola que la una, por eso mismo, llevo varios meses deprimida, sin ganas de levantarme, pero al menos voy bien en los estudios.
Añoraba mis catorce años. Ays, mis catorce años. Llevaba desde entonces deseando cumplir los dieciocho, y creo que lo único que he hecho ha sido desaprovechar los quince, dieciséis y diecisiete años de mi vida, sobretodo, los diecisiete.
En todos estos años, habían pasado millones de cosas, tantas que yo creo que muchas las he olvidado, incluso.
One direction, mis chicos, se hicieron famosos por toda América, lo que les hizó también famosos en Europa y ya hemos podido disfrutar de numerables conciertos tanto en España cómo en las demás regiones europeas.
Echaba muchísimo de menos a mi pequeño. Bueno, a mi pequeño tan grande. Sólo hacía unos meses de que había cumplido sus veintiun años. Prácticamente desde entonces, no pude verle, y cada día me resultaba más difícil levantarme por las mañanas, y a razón de ello también llevo muchos días sin responder a las llamadas de fijo, ahora que ya me habia independizado. Sólo respondía a las de móvil, y si creía que era importante.
El 1 de febrero, fue de los últimos días enteros que pasé a su lado, y de eso ya hacía más de cuatro meses. Lo más iluso que recuerdo es su forma de soplar las veintiun velitas y cómo le cantabamos el cumpleaños feliz. Cómo me iba a llorar detrás de una colina porque sabía que se iban de gira durante mucho tiempo, y justamente a Harry no se lo habían dicho para que disfrutará, lo que me habría gustado haber podido estar más con él. Recuerdo como entre de nuevo, mis amigas y ya de hecho familiares cogiendo un trozo de tarta y haciéndome diversos gestos a los que yo respondía diciéndo que estaba bien, si, bien jodida.
Una semana, una semana antes me lo comunicaron. Justamente. Louis y Liam se pasaron por mi casa, un día que tenía la tarde libre. Dijeron que tenían algo muy importante que decirme, la verdad, no sabía si era algo bueno o malo, pero me pilló bastante por sorpresa.
- ¿Y.. cuándo acabará el tour? - intentaba contener mis lágrimas, luchaba contra ellas, los tours de normal duraban cómo dos meses, o por lo menos, actualmente.
- Sonia..¿enserio quieres saberlo? - me preguntó Louis, que seguía manteniendo la misma buena amistad conmigo.
- Sí, enserio, chicos decidmelo, cuanto antes me haga a la idea, será mejor.
- Sonia...
- ¡Suéltalo Liam! - dije dejando recorrer mis lágrimas, mientras Louis me abrazaba.
- Durará hasta mediados de Junio, y será por América.
Me quedé varios minutos de flashback, en shock y empecé a gritar.
- ¡No! ¡no! no podéis, ¡no podéis iros tanto tiempo! no podéis quitármelo, no.. - decía abrazando fuertemente a Louis y llorando cómo una magdalena mientras Liam acariciaba mi cabello.
- Sonia, en cuánto menos te lo esperes, ya estaremos de vuelta. - me sonrió y me beso en la mejilla. Me hizó sentir bien por unos minutos. De todas las chicas yo era la más sensible, y supongo que se esperarían de antemano algo así, pero creo que era perfectamente comprensible. Lloraba, pensaba en lo que justamente seguía pensando ahora, en que no iba a poder vivir, que estaría muy lejos, no podría abrazarlo, besarlo, tendría conciertos, entrevistas, giras y más giras, y yo mientras tanto, tendría que estar estudiando.
- Prometenos una cosa. - me dijeron de forma inquietante.
- Sí... - dije secando mis lágrimas con el puño de mi chaqueta gris perla.
- No se lo dirás a Harry.
Eso me impacto todavía más. ¿Cómo no iba a hacerlo? no lo sé ni siquiera a día de hoy, solo sé que hicé lo mejor para los dos, por lo menos, el fue feliz durante ese tiempo..
Cuándo quedaron 2 horas del 8 de febrero de 2015, 2 horas para marcharse y empezar la gira por América, se lo contaron a Harry, y realmente creo que hubiera sido mejor decirselo desde el principio.
- Pero.. ¿porqué no me habéis dicho nada? podría haber disfrutado el tiempo máximo a su lado, ¡podría haberlo hecho! y yo, yo ahora no puedo dejarla, ¡no puedo separarme de ella! - llantos y llantos salían gritando literalmente y yo le abrazaba fuertemente, aunque estaba más destrozaba que él.
- Hay, seremos, seremos fuertes, nada nos separará, nada.. porque yo te amo y te seguiré esperando..- decía llorando a su mismo compás.-
- Prométeme que no, que no me dejarás por, no me reemplazarás.
- Harry, ¡amor! no sería capaz de hacerte eso, llevamos más de tres años juntos, y cada vez te quiero, te amo más. ¿Me verías capaz?
- No, pero solo sé, que no voy a poder vivir sin tí.
Pasaron los minutos, y yo y las chicas los acompañamos al aeropuerto.
- Te llamaré casi todos los días, te mandaré mensajes todas  las noches para desearte dulces sueños y te enviaré de esas rosas rojas que tanto te gustan. Prometo, prometo verte pronto. - Me beso por varios segundos y se tuvieron que ir ya hacía a dentro.
- Nunca olvides que te quiero. - y el avión comenzó a despegar. Las chicas se despedían por la ventana, y cómo pude con mi rostro lloroso, elevé la mano hacía el frente y me despedí yo también.
Harry colocó la mano en su ventanilla, formó un corazón, pudé apreciar en esos cinco segundos escasos, una H y una S en su interior, y en el margen superior, un "Forever". Me desmayé. Me derrumbé al suelo, recuerdo como mis amigas llamaban a una ambulacia, y que decían que me había dado un bajon de tensión.
- Te pondrás bien - dijó una médica.
- No lo creo. - respondí. Tenía a aquellas personas en ese momento tan importantes a mi alrededor, a mis pequeñas enviandome señales positivas, pero la diferencia es que ellas se podían permitir ir de tour con ellos y yo me he tenido que quedar en casa por los estudios.
En esos veinte minutos que tuve de colapso, lloraba tras todos los recuerdos, abrazaba a los peluches que Harry me regaló, y entonces recorde mi paranoia del primer cumpleaños de Louis, ojalá todas esas pequeñas tonterias fueran las que se me presenciarán ahora, ojalá llevará un hijo suyo dentro, para poder tener algo suyo dentro, pero, espera. Ese último día pasarón muchas cosas, no, dios mío.

1 comentario:

  1. quee guayyy! han pasado 2 años y siguen estando juntos, me encanta!
    publica el siguiente cuando puedas:)
    cuídate, besos!

    ResponderEliminar