Another World

martes, 3 de enero de 2012

Capítulo 42

Una masa de gente caminaba por la inmensa calle de la ciudad. A pesar de aquello, seguíamos ocupando espacio, sin movernos un centímetro, besándonos ahí en la calle, y que la gente lo prensenciara, que vean lo feliz que somos.

- Creo que será mejor que vallamos hacía mi hotel - me sonrió, separó nuestros labios y fuimos hacia él.
- ¿Para que querías venir al hotel? - pregunté confusa.
- Quiero ir para recoger mis cosas y olvidarme de esta habitación en la que he estado viviendo más de dos semanas.. además me trae malos recuerdos.. - decía mirando al suelo.
- Déjalo ya Harry.. lo que paso paso y ya esta.. ahora el caso es aprender de los errores que cometemos - le besé.
- Sí, tienes razón. Siempre la tienes - me robó un beso.
- Sabes que no. ¡no empecemos con tus jueguecitos! jajaja- reí
- ¿Eh? ¿Cuáles? - decía haciéndose el tonto - me volvió a besar
- ¡Harry! vamos a tropezarnos y a caernos al suelo, ¡párate! - no podía evitar reírme
- Si caemos caeré contigo - me sonrió y volvió a lo de siempre
- ¡Cállate anda! - ahora fuí yo.
- Ves, ¡si tú también quieres!
- ¡Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarry! - dijé calléndome encima suyo, en el césped y con los aspersores mojándonos.
- ¿Estas bien? - jajajjajajajaja ¿Te has hecho daño? - me dijó levántandome y sosteniéndome sonbre sus piernas.
- ¡Ves! ¡Nos caímos! - decía sin parar de reírme. ¡Eres cómo un osito de peluche! - exclamé. ¿Seguro que estas bien? No soy una peso pluma.
- Pero.. ¿a qué te ha gustado? ¿Osito de peluche? eso las gominolas, ¡yo estoy muy fuerte! - reímos. Sí estoy bien no te preocupes mi niña - me dió un beso en la mejilla.
- Sabes.. después de toda las experiencias que he vivido a tu lado hay una que no esta entre ellas.
- ¿Cuál? creo que hemos vivido la mayoría.
- ¡Esta! - le besé y los aspersores hacían que nuestra ropa estuviera cómo recién salida de la lavadora.
- Eres sorprendente. Sabes... ¡nos estamos mojando! no quiero que te enfries. - me cogió de la mano y me ayudo a levantarme. ¡Oh mierda! emboscada.
- ¿Qué? ¿Qué ocurre? - le decía mientras corriamos sin cesar.
- Nube de paparazzis, tenemos una nube de paparazzis a unos metros nuestros. Aarrg, ¡los odio! fastidian todos los momentos - decía un poco enfadado. Ahora vas a salir en todas las revistas de mañana, pasado... lo siento mucho. - decía lastimado.
- No pasa nada - le sonreí. No tienes la culpa, además será mejor que me vaya acostumbrando.

Entonces llegamos al hotel y nos fuimos a toda prisa al ascensor. Estabamos a salvo.

- Se me revuelve el estómago con estos tipos - decía Harry.
- No te des mal, ya sabes cómo son. - decía intentando subirle un poco la moral.
- Siempre consigues alegrarme, no sé como lo haces - me sonrió y me dió un tierno beso.
- Yo tampoco lo sé - le miré embobada.
- Ya hemos llegado, esta es mi habitación.

Recogió sus cosas rápidamente y cerró la que era la puerta. - Adiós habitación repugnante - dijó esto y se vino conmigo.

- Ala, ya esta - dijó satisfecho.
- Ahora.. ¿Qué vas a hacer con todo esto? - decía señalando sus tres maletas.
- Ah es verdad.. no te lo he dicho. Me voy a "vivir" contigo una noche, y ya al día siguiente nos vamos juntos. - decía abrazándome con el brazo que tenía libre.
- Ahá, chico listo - me reí. Entonces, ¿ahora vamos a mi hotel?
- Sí claro, al no ser que quieras que caminemos con estos tres muertos - decía refiriéndose a las pesadas maletas.
- Pero.. ¡tu viaje no acaba hasta dentro de dieciséis días! - decía intentando comprender las cosas.
- Es un viaje de estudios.. no es obligatorio, no se molestarán si no estoy. - me devolvió otra sonrisa.
- Harry.. yo no quiero que te pierdas esto por mi culpa....- decía sintiendóme un poco mal.
- No me pierdo nada, no hay nada que perder, lo que perdería quedandóme aquí serian dieciséis días de mi vida sin la persona que más quiero en este mundo, así que, me voy de California, que no necesito nada de aquí, me voy contigo a Zaragoza - besó mi frente.
- Enfin.. lo eres todo.

Dejamos las maletas en su coche, y fuimos a mi hotel, de lo único que no me acordaba era de que estaba Louis, entonces, no supé cómo reaccionar...

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