Another World

lunes, 16 de enero de 2012

Capítulo 51

Tiritaba y no de frío. Nunca la habia visto así. Daba miedo. Tenía miedo. Cada etapa de mi vida iba siendo más díficil a su vez que la anterior. - Tengo, tenemos que afrontar esto- pensé y suspiré, después volví a la realidad.
- ¡Sonia! respondeme - me decía enfadada mi madre.
- ¿Ehh? ¿Que quieres? acabo de venir y ya me estás atosigando - dije intentando ganar algo de tiempo. ¿Neuronas? no sé dónde se han metido.
- Porqué te has ido. Porque te vas, nos engañas y sigues haciendo esta mentira más grande - decía mi madre. Nos sentamos en los sillones del salón, estábamos nosotras solas. Tensión es lo único que sentía.
- Tú sabías que estaba mal, pero parecías ignorarlo.. y sabes que era por él. - decía mirando al suelo. Sé que me he equivocado muchas veces, que he cometido errores de los cuáles podrían haber sido evitados, que he sido estúpida a no poder más, que he caído una y otra vez sobre la misma piedra, y después de que todo esto ha tenido su recompensa la he cagado otra vez. Sé que no debí de irme, pero tenía que intentarlo. Estoy cansada de hacer siempre lo que debo, yo también quiero ser cómo las demás. Sabes que me marche porque no podía aguantar más el tiempo, la distancia que nos separaba. Tuve la necesidad de mentirte, no me dejarías ir, y sólo me quedaría ahogarme en mis lágrimas. Y esque sé que lo peor de todo es que no vas a creer nada de lo que diga, y tendré que volver a empezar todo esto desde cero... - decía entre sollozos, tapando mi cara con un cojín. Y... que no vas a poder separarnos.
Quería irme. Irme lejos. Tirar la puerta lejos, correr miles de kilómetros. Había alcanzado mi meta, y sabía que mi madre iba a romperla. Adiós a mis propósitos, adiós a mis sueños, adiós a Harry, adiós a mi vida.
¿Porqué todo es tan díficil? no sé porque soy tan estúpida de realizarme la misma pregunta cuando los problemas me llegan a la altura del cuello.
Mi madre me hablaba, yo estaba en mi mundo. Oídos sordos a palabras necias. Seguro, segurísimo que todo y cada una de las palabras que salían de su boca eran negativas y por lo tanto no las quería oír, pero si no las oígo, ¿cómo lo demuestro? a partir de ese momento decidí quitarme esos tapones invisibles que tenía puestos , tenía que hacerlo, ya basta de esconderse.
- No tendrías que haberlo hecho. Esto es muy precipitado, no tienes edades. - bla bla bla oía.
- Pero .. ¿qué pasa? con eso quieres decir que no tengo derecho a ser feliz.
- ¡Sonia García Casabona! ya basta. no repliques - dijo callándome. Yo sabré que es lo que tienes que hacer, por algo soy tu madre.
- Si lo supieses sería porque has pasado por ello, y no te ha pasado nada parecido, ¡no vas a comprenderme!
- Necesito hablar con él. - dijo firme.
Dios mío, tierra trágame. - pensé. En fin, seguro que será mejor así, cuándo dos personas se quieren, nada ni nadie puede separarlos - pensé realzando una pequeña sonrisa en mi rostro.
- De.... ¿de qué quieres hablar con él? - dije entrecortada.
- Ya no tengo derecho ni a conocer a mi yerno, ¿o como va esto? intento sonreírme.
- Jajaja - no pudé evitar reírme, aunque algo me decía que habría sido mejor.
- Esto no se a dónde llegará a parar...
- Déjame equivocarme si es necesario, si así es aprenderé de mis errores. - dije intentando convencerla.
Sí mi hermano se caga. Se cagaba. Es gilipollas, no gilipollas no lo siguiente. No sé si me dijo eso para que la bronca fuera menor o porque en realidad lo pensará, de todos modos esto no va a quedar así.
No fue todo tan díficil, tal vez dramaticé un poco todo esto, pensé cosas que tal vez no debí pensar..
- Tira para tu cuarto a recogerte todo esto, ya basta con que te pierdas un día de instituto - dijó dando por terminada nuestra conversación.
- Sí mamá. - dije esto y me fuí. Me sentía bastante bien.
Yendo para mi habitación me acordé de alguien. ¿Harry? - pensé. A saber que tal le estaba yendo o como estaba vamos. Decidí dejar de pensar en esto y deshice mis maletas. Podía notarse mi falta de presencia, todo demasiado ordenado, y el disco de One Direction recogido. Los cables de el iPod y los cascos no estaban en la mesa de estudio. Sí, se notaba mi ausencia, a kilómetros.
Termine de recoger todo, no sé porque me dió por encender twitter, buf, extraño en mí pero hacía lo menos cuatro días que no me conectaba, exactamente los que estuve en California.
- ¡Dios! - pensé nada más entrar. No sé cuantas miles de menciones y lo que más me impacto, ya superaba los setenta mil seguidores. ¡Era famosa en el mundo! tarde o temprano verificarán mi cuenta - pensé y reí por ello.
Seguí a unas doscientas directioners, tenía muchísimas menciones de apoyo, pero también tenía algunas en contra. 'Ah, la niñita esta se cree algo por salir con nuestro Harry' y me quedé como ¿Hola? decidí dar a un lado a esa mención. - Envidia bonita, envidia. - pensé y me dijé - miles de directioners te apoyan, dos envidiosas no te van a joder el día - y me sonreí.
No tenía nada mejor que hacer, asi que fuí al salón, mi hermano no estaba en casa. Mejor así, cuándo lo vea se quedará más negro que el tizón.
Justamente ví salir a Harry. Estaba segura de que todo esto tampoco había sido demasiado para él, ojalá así haya sido. - pensé.
- Nos vamos, luego vendré a comer - dijé llevándomelo afuera, a respirar aire fresco.
- ¿Qué tal te ha ido todo esto? - le sonreí
- Mejor de lo que pensaba, veo que a tí también te a ido bien - me sonrió y volvió a coger mi mano.
- Mi madre quiere hablar contigo.
- La mía también querrá verte cuando vengas a casa.
- ¿Ya lo sabe? - dije avergonzada.
- Claro que lo sabe, le cuento todo.
- ¿Todo?
- Hay cosas que no.
- Ah, jajaja. - respiré aliviada.
No quisé preguntarle por lo de mi padre, se que es bastante brusco, y más en estos temas, de todas formas sé que él sólo quiere lo mejor para mí, siempre he sido a lo que más a querido en este pequeño mundo.
Dimos un paseo, estábamos muy felices de todo aquello, y las horas pasaban rápidamente.

------------------------ Sábado 15 de diciembre ------------------------

Los días se fueron volando. Ya estaba de vacaciones y hoy era el día decisivo que conocería a los chicos. La emoción me hizó levantarme antes de lo pensado, eran las seis de la mañana, y yo no era una chica muy madrugadora. Habíamos quedado a las tres en que yo y mis amigas seríamos pasadas a buscar en mi casa, por lo cuál a las tres de la tarde mínimamente tenía que estar ya preparada. El curso ya había finalizado, exactamente el día anterior. Saqué de medía un siete alto, lo que me hizó saltar de felicidad, estar con Harry me influía en todo, incluso a la hora de estudiar.
Los últimos días con Harry habían sido espectaculares, a pesar de los muchos exámenes que iba arrastrando. Conocí a su madre y a su hermana Gemma, ya como una familia. Al principio me costó mucho soltarme, pero ahora ya me siento como una más, que es lo que en realidad soy.
Estuve tumbada en mi cama, conectada a mi iPod reproduciendo una y otra vez las mismas pistas, y las mismas canciones. ¡Quién me diría a mí que hoy los conocería al completo! al vanidoso, al miedoso de las cucharas, al pequeño irlandés... ¡aaaaaaaarg! no podía evitar gritar, asi que me tapé con la almohada, era sábado, y a esas horas la gente normalmente esta durmiendo, claro normalmente.
Al final, no seremos ocho. Seremos realmente sobre diez. Seremos los chicos, la tal Alba a la cuál tenía muchísimas ganas de conocer, su hermana pequeña, Ana, que tenía un año más que yo, mi amiga del pueblo,  una loca más de la #1Dfamily que estaba profundamente enamorada de Zayn y creo que también se traía de vuelta con ella a una de sus compañeras que tampoco conocía y sobretodo mi mejor amiga del alma que no falte y yo. Ah, eso sin contar las novias de los chicos, que si es así que tienen, hoy las vería.
Eran las 8am y conseguí recostarme un poco. A las 9am recibí un mensaje de la persona a la que más echaba de menos.
'¡Hola! sé que estas despierta, no sé porque. ¿Te parece bien desayunar conmigo? Te quiero. xx'
No dude ni un segundo en responderle con un amplio sí acompañado de unas doce 'i'.  Me vestí, me pusé lo primero que pille, parecía que iba a hacer ejercicio, aunque eso sería lo más extraño, porque odio el deporte.
Quedamos en un bar de las afueras que nos gustaba y a pesar de que estaba un poco lejos de mi casa, pero cerca de la suya, me encontré con la sorpresa de que me vinó a recoger, lo que me alegro mucho.
Estuvimos hablando de todo lo que había estado pasando y de que hoy hacíamos tres meses, tres meses juntos.
Después fuimos a un parque, miles de fans nos siguieron hasta el y lo más sorprendente es que también querían fotos conmigo, y lo malo es que yo soy poco fotogénica, pero no quería hacerles un feo. Se fueron muy alegres y pudimos descansar un poco de la muchedumbre.

Fue siendo la hora de irse, ya era mediodía y me iban a matar porque directamente me había ido sin avisar, aunque sabrían perfectamente que no iba a estar muy lejos. Se despidió de mí y me vino justo para poner la mesa y que nos pusieramos a comer.
Terminé de comer y eran las dos y media. Recogí un poco la mesa y después recogí el desbarajuste de mi cuarto. Era penoso, un poco bastante pero no me importaba. Me pusé unos vaqueros morados, una blusa de manga tres cuartos azul cielo, unas converse que me regalaron mis padres el año pasado también de este mismo color y me cogí una chaqueta por si por la noche refrescaba. Sí, iba a pasar todo el día con ellos. Ya avisé de que esta noche no dormiría en casa.
Eran las 2 y 45 cuándo Teresa llamó al timbre. Me pegó un super abrazo y se vino conmigo a la habitación.
- Tía, tía, tía ¡Que hoy conocemos a One Direction! - decía ilusionada intentando imitarme.
- Ah, ¿te doy un pin? ¿eso lo has aprendido tu solita? - le sonreí
- Eres una borde.
- Y tu una tonta. Las Directioners no somos asi de lelas.
- Sois ñoñas - refunfuñó
- Oh, mirá quién hablo, la Belieber.
No sé como lo hicimos pero acabamos estirándonos de los pelos y riéndonos tiradas por el suelo.
- Ahora me peinas tu maja. - le dijé riéndome, con un mechón castaño en mi mano procedente de su cabeza.
- You are a bad girl - me dijo.
- You too. - le respondí y fuimos al baño de mi habitación.
Al momento vino mi amiga, a la que tanto echaba de menos, la loca, la maja, la simpática, y era tan diferente a los demás.
- ¡Tamaraaaaaaaaaaaaaaaa! - grité muy emocionada e ilusionada y le abracé tanto que casi la dejé sin respiración.
- ¡Cuánto tiempo! tenía un montón de ganas de volver a verte. Señorita Styles - me sonrió.
- Jajaja - reí. Calla calla que tu hoy serás la señorita Malik que te lo digo yo - le sonreí.
- Sabes que no.
Discutimos un poco y me presento a su otra amiga, se llamaba Lidia, tenia el pelo castaño, era alta, con el pelo rizado y estaba aun peor que Tamara y yo juntas. Adoraba a nuestro pequeño irlandés.
- Ay, es que Niall es tan mono - decía
Mi madre paso por nuestro lado y no pudo evitar reírse. Pasaron dos minutos y sonó el timbre por última vez.
- ¡Es Harry! - gritó Tamara.
Nos despedimos y nos fuimos en el coche. Lo mejor estaba por llegar.

1 comentario: