Another World

lunes, 19 de diciembre de 2011

Cápitulo 18

Salimos del centro, y seguiamos caminando sin rumbo. ¿A dónde vamos a ir a parar? - le sonreí. - A dónde nos lleve el camino.- me dijó. - Oh,¡que poético! - jajaja. - pensé. - ¿Quieres que vallamos al parque que hay a dos manzanas de aquí? - Sí, claro. - le dí un beso. No había mucha gente, mejor , no me gustaba sentirme observada. Nos tumbamos en la hierba y nos empezamos a mirar a los ojos. - ¿En qué piensas? - le pregunté. - En lo bella que eres. - dijó natural. - ¿Porqué consigues siempre dejarme sin palabras?  no me lo explico. - Lo mismo me preguntó yo. Me haces muy grande. - Lo que iba diciendo, siempre me dejaba en blanco con el verde de sus ojos. ´Nos acurrucamos uno encima del otro, y miramos al cielo. Que azul más bonito- le comenté. - Cómo tú. - me dió un beso. - No cómo tú. No como tú. Y asi seguimos hasta que dieron las ocho en punto. Antes de irnos, le pregunté por aquella chica.
- Hay, ¿de qué conoces a la chica esa? - fui un poco seca, tal vez brusca. Era celosa, más que nada me preocupaba por proteger lo que me pertenece.
- Es una larga historia.. moriría si te la contará toda. - y miró hacía otro lado.
- Hubo.. ¿algo?  ¿tuviste algo con ella? - acabé casi sin voz, y mirando sus ojos.
- Sí.. pero cosas sin importancia. Un amor de verano sin sentido. Me hizo daño.. No me gusta hablar de este tema, la verdad. Fue todo tan raro.. - alargaba sus pasos y poco a poco dejaba de dirigirme la mirada.
En ese momento, le agarré también de su mano derecha y le paré el paso.
- ¿Sufriste? ¿Sufriste mucho? Ohh, ¡no llores! no me dejes así, me partes el corazón. Ya sabes que me tienes amí y que estoy para lo que sea. - Le besé.
- Un día de estos te lo cuento. Ahora, soy feliz y lo seré siempre porque te tengo a tí y no me hace falta a nada ni nadie más. Entonces, fue él el que me quitó un beso.
Nos fuimos del parque, y caminamos hasta llegar a mi casa. Creo que esa noche no domiré, verle así me ha devuelto a ver mi pasado.. lleno de sufrimientos. Verle mal era como mil puñaladas. Menos mal que ahí estaba yo.

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