Another World

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cápitulo 23

Acabamos las clases. Estaba super cansada, a pesar de que no hice absolutamente nada. Me escondí en un rincón y me puse a charlar con Claudia, sobretodo en Francés, a contarle mi vida. Ya he dicho que en Francés no hacemos nada, y lo único que hacemos es reírnos en la cara de la profesora; sí en la cara. Y ella lo máximo que hace es echarnos las culpas por encender las luces, decirnos que es mejor la luz natural , que no pagamos la luz, y le saltamos lo de los impuestos, y cuándo se enfada asi por asi dice "ESTOY HASTA LOS GÜEVOS" chillando cómo una histérica. Sí, yo tampoco lo veo muy normal, nada de hecho.Yo creo que es una de esas personas que lleva un anillo de matrimonio falso y que se pasa la tarde en el Meetic y el E-darling y cosas así. La ignoro totalmente y no aprendo nada de Francés, miedo tengo en cuarto.

- ¡Adiós chicas! ¡Os cuento todo, absolutamente todo el lunes! ¡Lo prometo! - y les dí un beso a cada una, super emocionada.
- Pásatelo genial, y dale una sorpresa muy grande. Aunque la tendrá, como que eres tú. ¡Bombon! que se te ha caído el envoltorio.
- Jajajajaja - empecé a reír como una psicopata. - Wow, no lo sabía, ahora lo recojo. - sonreí. Estaban fatal, pero no podían igualarme. No tenían remedio, asi que será mejor que se vallan acostumbrando y dando cuenta cuanto antes, por no llevarse una decepción y esas cosas. - reí para mis adentros.

Me fui andado a casa, conecte los cascos a mi iPod nano y pusé a One Direction, cómo no, dudarlo es insultarme.

Inspirada en la letra, iba caminado, deletreando y cantando en bajito cada parte de la canción "Save you tonight"

I wanna save you, I wanna save your heart tonight (8) y pensé- ami el corazón me lo robarón en cierto modo o salvaron de día, no de noche, de todos modos, la letra es perfecta. - me dijé contradiciéndome. Mi hermano tenía razon. Padezco de bipolaridad.

Seguía mi camino, estaba ya en el cruce, con el semáforo en rojo y oí un ruído brusco. Me asuste, procedía de mi móvil.
Me descolgué la mochila y lo cogi precipidamente. Era él, me pedía disculpas porque hoy no habló conmigo al amanecer. De todos modos, no podría a verle dicho un "no, no te perdono, se siente" , no sería capaz ni de hacer eso. Es mi debilidad. El punto en el que si alguien me golpea, más me duele, más me afecta.

Horas y horas seguían, largos minutos y eternos segundos. Veía los tweets de Harry, y ví uno. Cómo de costumbre, le retwittée y le mandé otro yo. Y como siempre, sucesivamente lo retwittearon 500000 directioenrs y se pasó por todo el mundo. Rutina diaria. No existía la intimidad en twitter. Imposible.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay! ¡Son las cuatro! ¡¿Qué narices estoy haciendo!? ¡Tengo que terminar de prepararme todo, vestirme, arreglarme y buff. ¡Joder soy gilipollas! - me grité.
- Deja de hablar con la pared, tendré que llevarte a un psiquiatra. - dijó mi hermano riéndose. Que mala persona. Me gustaría verle en las condiciones que me encontraba. Sin sangre que recorrer mi cuerpo. Sólo tensión. ¡No me va a dar tiempo! Venga Sonia, que sí, que no, que no te da tiempo, que si, tu puedes. - me decía. Efectivamente, bipolaridad y lo demás tonterias.

Ya las cuatro y cuarto. Mi hermano ya estaba preparado. Buscaba los pasaportes y la documentación para mi ida, mientras yo me iba terminado de arreglar, que era lo único que me faltaba.

Me pusé un vestido negro con unas medias negras, la chaqueta crema o beige de la vez anterior, que conseguí encontrar en su coche y que me gustaba mucho. Unas bailarinas de tono marrón, un bolso de color negro y poco más. Me pusé sombra de ojos lila, tenía purpurina, me estaba pringando. No tenía experiencia en  maquillarme, todo hay que decirlo. Me dí rímel y la raya y fin. Tenía prisa.
Recojí todo en sus respectivos cajones y oí el timbre, ahí estaba Louis.

-¡Hola! ya estoy.- le saludé y le dí un abrazo.
- Pásatelo bien. Vuelve viva y sana. - me dijó mi madre que creía que iba a pasar el fin de semana a casa de una amiga. Mejor que pensará eso.
- Bueno, luego vuelvo, que le voy a acompañar. - le dijó mi hermano a nuestra madre.
- Hasta luego hijo.
- Adiós señora Casabona. - le dijó Louis muy señorial.
- Adiós Louis.

Impaciente, me adentré en el coche y pusé la música a tope, su música. Teníamos la estación a media hora de coche.

Salimos y había una gran masa de gente. Había un grupo de unas cuarenta o cincuenta directioners y se abalancerarón sobre Louis. Cosas normales.

- Lou, nosotros vamos llendo, no te preocupes - le dediqué una sonrisa.
- Vale, firmo unos cuantos autógrafos y me hago unas fotos y ahora voy para allá pequeña. - me dijó

Toda la acumulación de fans le empezó a hacer preguntas sobre mí y hui porque tenía que registrar los pasaportes, sacar los billetes y porque no quería que de algún modo me amargaran el día.

- ¡Louis! corre, el tren tiene su próximo viaje en diez minutos, y tenéis que partir en él. ¡Date prisa! - le avisó para que se fuera haciéndo a la idea de abandonar a las fans, dejar de firmar autógrafos y venirse conmigo para California. Serán tres días y medio en tren. Llegaremos por la tarde, espero que en el atardecer. Será super bonito. Parece aburrido estar encerrada en ese lugar por encima de los raíles, pero al lado de Louis nada es aburrido. Lo aseguro.

Mientras venía y no me fuí despidiendo de mi hermano, le dí un abrazo y le dí muchísimas gracias por todo lo que había hecho posible, por engáñarle a mamá sobre el lugar al que iba, y confiar en mí.

Louis llegó y nos despedimos por última vez. Me cayeron tres o cuatro lágrimas y le dejé de mirar porque sabía que me caerían más y mi maquillaje se hecharía a perder, despedido por todo mi rostro.

- ¡Nos vemos en unos días hermanito! le dijé ya entrando y cediéndole los billetes al hombre.
- Cuídala - le dijó a mi mejor amigo.
- No lo dudes. Nos vemos pronto.

Entonces el tren se puso en marcha y me despedí de mi hermano a través de la ventana. Tenía muchas ganas de llegar allí

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