Another World

sábado, 24 de diciembre de 2011

Cápitulo 28

Entramos por la puerta y me dejó en el que era el recibidor. Era un hotel de dieciocho plantas, con dos suites cada una.

- Hola, porfavor ¿podría darme las llaves de la habitación a nombre de Louis Tomlimson? ¿Y de Sonia García? muchas gracias - dijó cortesmente.
- Oh, por supuesto. Su planta es la nº14 la habitación 1415 y la de la señorita que trae como acompañante es la planta nº14 habitacion 1414, pared con pared. Espero que les gusten las instalaciones - decía mientras nos entregaba las llaves. ¿Traen maletas?
 - Oh sí, lo había olvidado, las tengo en el coche, iré a buscarlas..
- No esperé - le dijó el recepcionista. ¡James! ¡James! ves a buscarle a estos clientes sus maletas - entonces Louis le entregó las llaves de su Lamborghini rojo un poco preocupado.
- No pongas esa cara de susto, ahora vendrá con tus llaves - reí

Mientras tanto, pueden ir a mirar sus habitaciones, mi ayudante les llevará las maletas y las llaves de su coche en un santiamén - dijó de modo convincente.

- Confío en ustedes - le dijó Louis al recepcionista. Buenas tardes.

Entramos en el ascensor. Era muy amplio y de tonos beiges, un poco rústico. Mientras observaba las dimensiones, subimos a la planta correspondiente en un abrir y cerrar de ojos.

En cuánto salias del interior del ascensor, podia observarse la estructura del hotel, compuesta a base de grandes ventanales y vidriales que permitian ver las afueras del lugar.

- Oh Louis, esto es muy bonito. ¡Me encantan las vistas! se puede observar todo tan bien... - decía mientras ibamos por el pasillo de habitaciones.

- Esta es la tuya. - me dijó Lou, que veía cómo seguía un camino sin rumbo. Menos mal que estaba ahí para guiarme.

Abrí la puerta y me quedé asombrada. Una habitación de colores lila y morado oscuro, combinados con muebles, armarios y estanterias de esas tonalidades. Era como la habitación que siempre había deseado tener.

- ¡No voy a olvidar California! - le dijé ilusionada a Louis
- Yo tampoco, he vivido aquí algo muy especial.. - sonrió
 - Jajajaja.. pillín. - reí

Me quité la chaqueta, y la tiré juntó al minibolso que llevaba encima de la cama. Después acompañe a Lou a la suya.

- ¡Noooooooooooooooooo! ¡Esto es perfecto! - gritaba euforico.
- ¿Qué es lo que ocurre? - pregunté extrañada, entonces entré y le dí sentido a todo.
Se fue corriendo y se abrazó con la pared, y la empezó a besar. Sí, super extraño, pero tenía el estampado de sus queridas zanahorias, asi como por arte de magía.
En ese momento, me deje caer en un aposa-pies de madera con un acolchado mullido y le empecé a decir como una niña pequeña:

- Alaaaaaaa, ¡yo también quiero! ¡quiero besos y abrazos! necesito un oso mimoso. Jumm...
- Oh mi niña bonitaaaaaaaaaa - y vinó corriendo y me cogió en brazos - tenía la sensación de que estaba volando y de que tocaba el techo anaranjado. - Eso no se pide, se hace y ya esta. - y hizó lo mismo que con la pared conmigo.
- Yo también te quiero. - nos besamos, y entró el ayudante con las maletas

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