Another World

lunes, 26 de diciembre de 2011

Cápitulo 31

Me bajaba cuidadosamente por las escaleras del hotel, llevándome hasta el que yo creo que era el ascensor, y en el que podría verle la cara. Pero no tuve esa suerte. Mientras llamaba al ascensor, sacó un pañuelo de su bolsillo y me lo pusó sin que yo quisiera. Sin fuerzas, mis cuerdas vocales seguían gritándo el nombre de mi mejor amigo, pero ni siquiera tenía esperanza de que me oyese, siendo que es lo último que se pierde.

El tacto del pañuelo me resultaba familiar, pero no quería pensar en ello. Quería despertar de esta maldita pesadilla, ya. No me hacía gracia soñar este tipo de cosas, y menos despierta.

No debía de estar presente el recepcionista, porque cuándo el extraño hombre me sacaba por la puerta principal no escuché ningún tipo de despedida. Seguramente sería para que no descubriese quién era mi secuestrador. En realidad, me daba un poco igual que me secuestrasen. Algo más añadido a mi lista de 'cosas malas de la mierda de mi vida' en las que tenía como treinta cosas apuntadas.
Creo que nadie me hecharía de menos, tal vez Louis, mi hermano, mis padres cuándo se enteraran y... Harry no lo sé porque directamente creo que no le debo importar mucho después de lo que me hizó, aunque el de todas formas permanecía en mi corazón y no conseguía sacarlo, será cosa del destino que nos volvamos a unir.

Me quito el pañuelo, y dejó su mano suelta, permitiéndome hablar, aunque ahora por mucho que gritase el nombre de Louis no serviría de nada, porque no me oiría y ni siquiera yo se dónde estoy.
Me cogió de la mano, y me sentó en una silla, aun no había visto su rostro.

- ¡¿Porqué me coges de la mano!? ¿¡Quién eres!? ¡¿Porqué me traes a este sitio!? ¡¿Qué quieres de mi!? ¡Suéltame! - le gritaba horrorizada. ¡Destapate si tan valiente eres! ¡No te tengo miedo! - decía falsamente.

Me tapaba con una manta que había en el suelo, evitando que el traidor pudiera ver mi rostro lloroso. No quería darle esa satisfacción; la de verme sufrir. No iba a ser una víctima fácil.
Entonces, se quitó su chaqueta y desveló su rostro. Me quedé boquiabierta. ¿Porqué me había hecho esto? ¿Porqué me había traido a este tenebroso lugar? no, de nuevo no volvía a comprender las cosas. El mundo se me está comiendo.

- H- Harry - dijé apenas sin habla, y dejándo mi pálido rostro al descubierto. ¿Porqué me has hecho esto? ¡No quiero verte ni en pintura! ¡Olvídame! me has hecho mucho daño, y aún estoy sufriendo. - porfin decía algo que era cierto.
- Porfavor, no te vayas, quiero hablar contigo, ¡escucháme! te necesito - iba diciéndo. No. No quiero escucharle. No quiero volver a caer en su trampa. No me quiere, lo sé - me repetía. No va a poder demostrarme lo contrario - me decía una y otra vez. ¿Y si me quiere? - me decía. Después me llamaba estúpida. Estoy arta de mi forma de ser.

Cogió otra silla y se sento enfrente mío. Sentí la necesidad de besarle, pero no. ¡Sonia no lo hagas! - me repetía una y otra vez.

- Necesito que te vuelvas a poner esto y le des su significado, el que siempre ha tenido, y pese las circustancias que pasen, siempre lo tendrá. - dijó cogiéndo delicadamente mi mano derecha y volviendo a poner en ella mi pulsera de plata. Mientras me la ponía, le miraba como una idiota. Siempre había estado enamorada de él y ahora no iba a ser menos. Soy vulnerable a su presencia, lo necesito conmigo. Soy muy débil.-
Tengo que explicarte todo, lo que viste tiene una explicación. Yo no quería... - me miraba con ojos llorosos, y con un verde intenso en su iris.
- ¡¿El que vas a explicarme!? ¡no hay explicación! ¡estabas ahí fo..... con ella! mi corazón ya no tiene ser. ¡Porque tú no me quieres y no significo nada para tí! - lloraba y lloraba cada vez con más fuerza. Era lo que realmente pensaba.

Mientras mi cara cada vez estaba más mojada, Harry vino y me abrazó. Me ofreció su pañuelo que me resultaba familiar y recorde nuestro viaje a ese pueblecito desierto. Lo acepté y dejé que cedieran en él mis pequeñas lágrimas llenas de sentimientos.
Seguía en ese abrazo, los extrañaba y me queriese o no necesitaba uno de ellos. Un abrazo de Harry Styles vale más que mil palabras, y un beso más que el infinito.

- Quiero pedirte perdon. Volver a ser quiénes éramos. Ser sólo tu y yo. - me decía al oido aún en ese dulce abrazo.
Precipitadamente, deshicé nuestros cuerpos entrelazados y volví a lo de siempre.
- ¿De qué vas a pedirme perdon? Hacías lo que realmente querías... porque sabes que yo no puedo darte eso. Pero.. ¡comprendéme! ¡Tengo catorce años, y tu diecisiete! C-A-T-O-R-C-E , no puedo hacer todo, y deberías aceptarme tal y como soy y tal y cuál cómo creo. Y esque después de todo te sigo queriendo, y de un modo o otro te necesito a mi lado, por muchas cosas malas que me hagas. No, no tengo posibilidades de vivir si no es contigo, y tu.. me haces esto. Me duele mucho... - no, no quería mirarle. Su mirada era intensa y sus labios eran muy apasionados. ¡No, no voy a besarle! - soy incapaz de resistirme.
Vine a darte una sorpresa, super emocionada, con muchas ganas de verte, besarte, abrazarte, y no separar nuestras manos, pero en cuanto entre y te vi .......... caí al suelo y mis huesos estaban fracturados, mis músculos carecían de fuerza y mi mente era ... débil. Me quedé en estado de shock. Mi piel era cada vez más blanca, mi cara de color anaranjada y mis labios amoratados, llenos de heridas, ensangrentados, Y tu, ni te percatabas de mi prensecia, seguías a tu bola, con litros de alcohol en sangre, pásandotelo de puta madre, y lo que no soporto, que lo ocurrido no fuera conmigo. - siempre iba a parar al mismo punto, pero esque no era posible de olvidarlo, mi mente lo repetía una y otra vez, sucesivamente, sucesivas veces.

Ahora el que lloraba era él. Creo que en mi vida lo había visto tan dolorido. Corrían sus lágrimas alrededor de su rostro, y fui incapaz de besarle. Estuve así mucho tiempo. Frenada en esa posición. Mis labios con los suyos. Era lo que realmente quería, y el también.
Después de varios minutos, largos y eternos, deshizó esa posición y me miró a los ojos. Sin capacidad de habla, consiguíó decir algunas palabras.

- Sonia.., siento muchísimo todo esto, soy la peor persona del mundo, no merezco tenerte, no merezco ser persona, debo de morirme, ¡yo te quiero! y lo único que he hecho ha sido cagarla, equivocarme, incharme a beber y cometer errores.
Yo no quería beber. Estaba deprimido, te echaba de menos, mucho de menos, y cada mañana intentaba mostrarte una sonrisa para que no te sintieses mal, y cada día te fuera más fácil. El  último día, decidí no llamarte. Ni siquiera me levanté de la cama. Quería que este maldito viaje de estudios acabasé ya, porque de viaje y de bonito no tenía nada. Quería tenerte conmigo, y no quería nada de California, porque a mí contigo ya tengo todo y nada me es necesario.
Caído en esta depresión, entró Ainara, que también estaba de viaje y acabamos recordando viejos tiempos. Nuestros paseos por la playa.. y el sucesivo rechazo. Eso me hizo llorar, pero no permití que me viera así y pusé una sonrisa porque empecé a recordar los momentos contigo, y pusé una sonrisa de oreja a oreja, no me iba a ver mal. Además éramos pequeños, teníamos cómo doce años... y a esas edades el amor no tiene sentido y yo era muy ignorante, y tras caer varias veces sobre la misma piedra aprendí de ellos; de mis errores.
Un camarero trajó varias botellas de la casa y nos emocionamos tanto que bebiamos y bebiamos sin rumbo. Ella perdió la cabeza, y con ello también la mía. Empezó a desnudarme, yo no quería pero era inútil pararle. Estaba obsesionada. El efecto del alcohol resultó tardío para mí, y llegó justo en ese momento, ese maldito momento. Y.. así acabamos.
Después de tus bofetadas me desvelé un poco y una de las nubes de mi cerebro desapareció, comprendí un poco lo que sucedía y lo único que conseguí decirte que había cometido un error, que yo no quería hacerlo.. y que sólo te queria a tí... pero no me escuchabas. Empezaste a decirme multitud de cosas y sólo podía llorar desconsoladamente. Después de todo, Louis me avisó de que no me quería a tu vera y de que olvidará que somos amigos. Eso me hizó mucho daño, el era mi mejor amigo. Lo he perdido todo, por este maldito viaje, y por el alcohol. He perdido al amor de mi vida, soy un desgraciado. Perdóname, te lo suplico. He cometido un error, y voy a estar arrepentido de él toda mi vida. Soy ...... una mierda de persona, debería morirme.

- Harry, joder que te quiero, y..... que no soy capaz de decirte que no. Que sé que no querías, que te creo, que sé que me echabas de menos, y yo a tí también y por eso precisamente viné, para verte, darte una sorpresa y verte sonreír a mi lado, pero ... presencié aquello y me derrumbé en mis pensamientos. Solamente tenía a Louis como apoyo.

- Olvídemos esto, porfavor, quiero que volvamos a estar bien, que seamos como antes, una pareja unida. Porque nada ni nadie será capaz de separarnos, porque tu eres mi vida y tienes la llave de mi corazón.

No tenía palabras. No sé porque sabía que todo aquello que decían sus  cuerdas vocales era cierto. Me daba igual lo que hubiera pasado. Cometió un error, tenía razón, teníamos que vivir el presente, y olvidar el pasado, que siempre nos deja cosas malas. No me importaba nada, sólo quería estar a su lado, y recuperar el tiempo perdido.

Entonces, nos volvimos a besar y fuimos de vuelta al hotel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario